La película es un acercamiento bastante bueno a las personas
que sufren problemas mentales. El protagonista ,interpretado por Bradley Cooper,
sufre un síndrome bipolar, por el que ha estado internado unos meses en un
psiquiátrico, tras haber sufrido un desengaño amoroso al haber encontrado a su
esposa siéndole infiel con un compañero de trabajo. A pesar de todo él sigue
queriendo recuperar a su esposa. Por ello, intenta ser positivo, superarse y ver
el lado bueno de las cosas. Vemos a más personas que sufren problemas
psicológicos: al amigo que tiene ansiedad, a la chica, Tiffany interpretada
por Jennifer Lawrence, hermana de la
mujer de su amigo que también sufre problemas mentales tras haber enviudado.
El planteamiento inicial es angustioso, consigue que el
espectador perciba esa sensación de ansiedad y malestar que sufren los
protagonistas. Así nos presenta la situación de unos personajes que irán
intentando ayudarse mutuamente mientras pasan por situaciones difíciles. A
pesar del inicio la película fluctúa también con trazos de comedia que hacen
que no sea tan dura.
La actuación de los actores es muy creíble, especialmente la
de Bradley Cooper, la de Jennifer Lawrence, que le da un toque de dulzura a
pesar de su comportamiento osco, y la de Robert de Niro interpretando a un
padre un tanto maniático y con sentimiento de culpabilidad por no haber
prestado más atención a su hijo, pero que lo hacen entrañable y simpático.
Uno de los momentos cumbre de la película es cuando los protagonistas están ensayando el baile y suena Girl From The North Country, la magnífica canción de Bob Dylan y Johnny Cash..
La cinta es muy positiva apostando porque a pesar de que
todo vaya mal hay que ver el lado bueno e intentar superar la situación.
Esta película no es para quien vaya a buscar una comedia
romántica.
Vale la pena verla.
Vale la pena verla.