Una película que trata un hecho histórico. Tras el asesinato del presidente Lincoln. En 1865 se juzga a los que aparecen como sospechosos de perpetrar su muerte. Entre ellos se encuentra una mujer. El poder político pretende dar una pena ejemplarizante condenando a todos los acusados, y así, saciar las ansias de venganza del pueblo. Prescindiendo de todas las garantías legales que ofrece la Constitución, Juzgándolos en un Tribunal Militar a pesar de ser todos ellos civiles.
Es una película excepcional en estos tiempos. Tiene una gran sensibilidad social, que todo el mundo debería ver y posteriormente reflexionar sobre los valores por los que apuesta: la legalidad, el derecho a una defensa justa, a la presunción de inocencia y al respeto por la ley y la Constitución. Es una película que trata sobre un hecho ocurrido en el pasado pero que sigue siendo vigente. No hay ninguna buena razón para saltarse la legalidad. El respeto a las leyes es una garantía de justicia.
El casting esta muy bien realizado. Destacan especialmente James McAvoy en su papel de abogado, entregado a una causa en la que en principio no cree. Es una actuación brillante, convence. La actriz que da vida a Mary Surrat, la acusada de participar en la conspiración para asesinar al presidente, Robin Wright está esplendida, contenida, posiblemente sea una de las candidatas a los Oscars. También encontramos a un Kevin Kline distinto al que estamos acostumbrados, mayor antipático pero muy creíble en su papel de Edwin Stanton el Secretario de Guerra.
La ambientación de la película está bien, refleja claramente el ambiente de la época. La fotografía es de Newton Thomas Sigel.
