Blue Jasmine es la última película
estrenada de Wody Allen. Se aparta de las películas europeas de los últimos
años. Esta refleja más la realidad y es
un drama, que describe a una mujer, Jasmine, (interpretada por Cate Blanchett) elegante
y distinguida que ha perdido su estatus en la rica sociedad neoyorkina tras la
crisis económica producida por la quiebra de Lehman Brothers.
La película es muy buena,
especialmente porque describe con todos sus matices la personalidad de Jasmine,
una mujer aparentemente frágil, delicada y elegante que exhibe vulnerabilidad
pero que al mismo tiempo puede ser egoísta, manipuladora y en ocasiones incluso
despiadada.
Blue Jasimine recuerda a un tranvía
llamado deseo sobre todo por la aparición de la protagonista en casa de su hermana adoptiva
que vive en un piso con escasos recursos en San Francisco, sus prejuicios hacia
el novio de aquella, su intrusión en la vida de la pareja, y su desequilibrio mental evocan a Blanche del
film de Elia Kazan.
Blue Jasmine es una película dura
a pesar de que Wody Allen incluya diálogos que hacen sonreír al espectador para
quitarle intensidad pero refleja el mundo real.
Los actores están muy bien, especialmente Cate Blanchett que posiblemente consiga un Oscar por esta interpretación y Alec Baldwin en el papel de marido defraudador.
Muy recomendable. Si no la habéis
visto todavía no os la perdáis.