Película del Director François
Ozon. Con ella se demuestra una vez más el buen momento que vive el cine
francés. Es una cinta que sorprende al
espectador, por la forma en que está tratada: es una comedia, un thiller. Hace
que nadie se quede indiferente y al mismo tiempo te atrapa con la historia. Igual que el protagonista, el espectador queda seducido por los relatos que le
entrega el alumno.
Esta película está basada en la
obra de teatro “el chico de la última fila” del español Juan Mayorga.
Trata de un adolescente que vive
con su padre minusválido, en un ambiente muy duro y triste. Para huir de esa
vida escribe relatos que le da a su profesor de literatura para que se los
corrija. Las historias que escribe no son corrientes, tienen como protagonistas
a una familia real. La familia de un compañero de clase. Se hace amigo del hijo
y describe las vivencias que tiene en esa casa. Son historias que van creando
un clima de intriga y cierto desasosiego. Es un juego entre la realidad y la
ficción. Hay un momento en que ya no se sabe que es verdad y mentira. Se
produce un suspense tal que el profesor depende de las historias que
le va contando el alumno hasta perder el control de su propia vida.
La dirección de Ozon es brillante.
Todos los actores están bien pero destaca especialmente la interpretación de
Ernst Umhauer en el papel del joven alumno escritor, la de Fabrice Luchini
como profesor y la de Kristin Socott
Thomas en su papel de la esposa del profesor.
Una película sorprendente. Os la
recomiendo.